Un
buen combate de Muai Thai.
Por una de esas casualidades sorprendentes de la vida…
La
fotografía en general no es nada interesante, lo que me interesa son las
imágenes, ya sean fotos, pinturas, esculturas o el Muai Thai.
Paúl
Blanca
Pasó de la fotografía al MUAI THAI y del Boxeo Tailandés
a la danza solo por una de esas casualidades sorprendentes de la vida… Todo
sucedió en una fiesta a la que fue invitado hace varios años.
Paúl Blanca es
un reconocido artista, boxeador, experto en el arte marcial tailandés llamado
Muai Thai, bailarín y fotógrafo al cual por encima de la técnica y de la
anécdota, lo que le interesa es solo crear imágenes verdaderamente FUERTES.
Autor que hace de su vida y de su cuerpo su propia obra
es quizás el más comprometido entre los fotógrafos performancistas: la sangre
de sus fotografías esta fluyendo mientras se dispara la cámara y es la suya
propia.
Otras veces Introduce el cañón de su pistola o un
cuchillo en la vagìna de su novia y toma la fotografía.
Blanca llegó impecablemente trajeado a la fiesta en
donde se reunían las mas importantes personalidades del momento, miro a su
alrededor mientras aceptaba una copa de champán, miro a su entorno y comprobó
que se encontraba rodeado del jet set, pero algo no le cuadraba en esa recepción,
pues no había en donde sentarse y el único objeto tridimensional estaba situado
justo en el medio de la sala y todos los invitados estaban alrededor de ese
objeto y esto era porque en esa gran sala estaba expuesto en medio del gran salón
y sobre un pedestal de mármol, un antiquísimo y valiosísimo jarrón de porcelana,
un jarrón de cerámica azul Chino de la dinastía Ming, justo en el medio de la
sala estaba expuesto y todos los invitados estaban alrededor de ese jarrón
Chino, que el anfitrión y dueño del Loft acababa de comprar en una subasta de
la casa Sotheby´s; Paúl Blanca se dio cuenta entonces que el verdadero objetivo
de esa fiesta no era otro, sino para que todos los invitados admiraran el
estupendo jarrón y le sacaran brillo a la vanidad del dueño… el salón estaba
atiborrado de gente, el presumido dueño del jarrón de la dinastía Ming parecía
un pavor real ufanándose de su adquisición; Paúl Blanca se dirigió entonces hacia el jarrón Chino con
paso firme, se planto delante de el adquirió una postura marcial como si fuese
a realizar un kata, todos os ojos de los espectadores estaban entonces posados
en él y ¡shhhh! Hizo un ademán de golpearlo con un fortísimo golpe con el puño,
claro que su puño cerrado pasó a menos de medio centímetro del frágil jarrón de
porcelana, el cual quedo intacto y ni siquiera se tambaleo… seguidamente lanzó
entonces una patada en giro ¡shhhhhhhhh!
una “round around the house”, esa patada circular famosa del Tae Kon Do,
una patada contundente con su pie derecho la cual pasó también a menos de medio
centímetro del jarrón Chino… se hizo entonces un gran silencio, un rotundo
silencio en la sala y la gente quedo en estado de shock, el dueño del jarrón se
desmayó y cayó al suelo pálido, una señora entrada en años tan solo murmuró ¡oh¡
un famoso corógrafo de danza contemporánea que estaba en esa fiesta quedo
encantado con ese espectáculo, se le acerco a Blanca y le propuso que se
convirtiera en bailarín solista de su compañía para su próximo trabajo, fue así
como actuó en Paris, Ámsterdam y Berlín durante los próximos dos años de su
vida y paso de fotógrafo a boxeador y luego a bailarín en poco tiempo; Blanca
afirma que pudo integrarse si problemas al mundo de la danza, porque todas
estas disciplinas son en si lo mismo todas son “ENERGIA”.
Paúl Blanca se
acerca al micrófono del auditórium pausadamente y en un tono suave le dice al
publico que esta ahí para escucharlo: He boxeado mucho y aun lo sigo haciendo,
porque soy una persona con mucha adrenalina la cual puede pasar de cero a cien
en tan solo pocos segundos, en el MUAI THAI los rounds duran muy poco y uno
tiene que ponerlo todo en menos de tres minutos, es increíblemente excitante y
no tiene que ver nada con el dolor, uno no siente nada mientras estas boxeando,
en todo caso sientes todo después, en el boxeo Tailandés uno se da por entero
en cada combate.
Lo que a Paúl Blanca le interesa de la fotografía es
el concepto, el lo elabora en su mente, prepara la situación y luego hace la
foto, una foto que es energía pura que fluye de la modelo al fotógrafo a través
de la cámara y que a su vez es devuelta por el fotógrafo a la modelo.
Hay una fotografía de Blanca que a mi siempre me ha
llamado la atención, se trata de una realizada por el fotógrafo en blanco y
negro, en que el cañón largo de un revolver cual pene, se mete en la vagìna de
una mujer desnuda que está acostada, solo se ve la mano de quien empuña el
revolver, los pelos púbicos, el cañón que penetra a la mujer y parte del cuerpo
desnudo que reposa sobre una cama de sabanas blancas… es una imagen
contundente, es muy erótica y a la vez terriblemente sadomasoquista.
La fotografía puede ser algo muy erótico (nos dice
Blanca) al principio cuando empecé a fotografiar bellas chicas siempre me
topaba con un dilema ¿Qué hacer? ¿Fotografiarlas o follármelas? Si me las
follaba la magia se perdía y la foto ya no me interesaba; por eso es que ahora
ya no hago el amor con mis modelos… tras una sesión de fotografía todas las
mujeres que posan para mi quedan exhaustas, por eso con toda la energía que yo tengo
al final tengo que canalizarla, ya no pienso entonces en follármelas sino mas
bien en irme a boxear, en irme a realizar un buen combate pleno de Muai Thai… A
golpear y a ser golpeado.
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